El mexicano pasivo
Creo que el mexicano ya tomó su decisión y desde hace mucho que no nos respetamos ni a nosotros mismos en las horas de sueño, de amar, de comer, de disfrutar...
Algo que recientemente he tenido presente, es la cantidad de tiempo que el mexicano pierde, creo que ésa es una diferencia abismal con los países de primer mundo, como los han denominado, pero somos felices esperando que algo suceda, por ejemplo, puedo estar frente a la máquina esperando que cargue, que aparezca el dato de contraseña y en todo ese tiempo no hice nada más que contemplar la nada de la pantalla. ¡Qué pérdida de tiempo tan atroz! Bien pude haberme levantado de mi lugar, preparado un café, limpiar algún mueble, en fin, cualquier cosa, ¡pero no! El mexicano irónicamente tiene tiempo para esperar, esperar un camión más de una hora para que en efecto, pase tan lleno que ni siquiera se detenga, mientras que en una bici se pudo haber llegado, o esperar un elevador más de 5min cuando en ese tiempo se pudo haber llegado a través de las escaleras, pero no. Pobre mexicano que prefiere pasar mucho tiempo inactivo, la obesidad y el sobrepeso, no sólo se da en lo físico sino también en lo mental, y qué enfermito está México en ese rubro, claro que al Gobierno no le interesa esa enfermedad, por el contrario, la propaga.
¿Dónde quedó la varita?
Sobre el matrimonio, creo que el error está en pensar que es una varita mágica, la gente se casa para ser feliz, ¡qué gran error! La gente se casa porque ve un cosmos ahí, y el premio de consolación o la siguiente meta, es esperar nuevamente de manera pasiva, la muerte. Vaya mentalidad, o tal vez el divorcio. Creo que la falta de compromiso con la pareja, con el ser amado y el egoísmo propio de cada humano, hace cada vez más difícil creer que se podrá vivir mucho mejor casado. Te casas porque has encontrado a tu complemento de vida, decía Chano en la película "El estudiante", me enseñaste a vivir CON ella y a vivir POR ella. ¿Qué quiere decir? No es fácil la convivencia entre los seres humanos, ni siquiera con padres e hijos, menos con un tercero que se convierte en amado y/o amante, dependiendo el caso, pero creo que actualmente, la gente no quiere vivir "idiotizado", (habría que leer el ensayo de Cortázar "Hay que ser demasiado idiotas para...) en efecto, ahí está ese "idiotismo" que se ha ido perdiendo. No te casas para lograr el cosmos ni para ser feliz, te casas porque si no estás con la persona hay caos en ti, porque tu mundo se viene abajo si no estás informado sobre el acontecer de tu pareja, porque si no la abrazas, si no la hueles, si no platicas, si no escuchas, si no sueñas, no estás completo. Los días y la vida te enseñan a amar y a vivir CON todas sus virtudes y defectos, a comprender el origen de su caos laboral, familiar, etc., y ese día a día, te hace vivir POR tu pareja. Todo gira en torno a su persona, su mente, su ser, su alma, su cuerpo. Si tuviera que definir la palabra matrimonio, diría que es un reflejo de CUM PANIS,(compromiso de partir el pan en la mesa y hacer un pacto de confianza y seguridad sobre el otro) diría que es la elaboración de votos ante Dios y como testigos los hombres, para que sepan que el amado ya no estará solo, que tendrá a alguien que protegerá su caminar, ya sea en los buenos momentos como en los malos, pero que siempre estará. El hecho de invitar a gente a las ceremonias religiosas, radica en la exclusividad de decir que esa persona es única para el otro y viceversa. Tú en mí y yo en ti. Nadie más, ni siquiera dos, porque una sola carne serán.
Escríbeme, follow me into my lettershouse!!