El lenguaje como un juego
Elizabeth Palacios Llera
El lenguaje es el único juguete que los seres humanos utilizan a pesar del transcurso de los años, no importa cuánto se haya jugado con él, nunca son suficientes las ocasiones que se emplea. Parte del éxito de dicho juego es su aparente facilidad y, por otro lado, la complejidad que esconde bajo una capa de transparencia que sólo aquellos que gustan de la duda, la reflexión y, en algunas ocasiones quienes aprenden una segunda lengua, advierten.
Cuando aprehendemos nuestra realidad, lo hacemos de la mano del lenguaje, de ahí que no nos sea ajena la relación entre ambos y que, en muchas ocasiones, seamos incapaces de reconocer que no es el lenguaje en sí mismo el que hace la realidad.
Cuando Wittgenstein inicia sus reflexiones acerca del lenguaje, se centra en lo siguiente: ¿Cómo es posible el lenguaje? Él parte de que el propósito fundamental del mismo es enunciar hechos, describir el mundo. Entonces, ¿cuál es la relación del lenguaje con el mundo? Esta pregunta que hace Wittgenstein pudiera parecer ingenua, sin embrago sus implicaciones son profundas, si avanzamos un poco más en sus formulaciones, nos encontraremos con la siguiente interrogante: ¿cuál es la relación del lenguaje con el pensamiento? Ésta ha sido una de las preguntas que se han tratado de descifrar y que, parecieran cada vez más inalcanzables, ¿realmente pensamos con las palabras, o son sólo un medio para acceder al pensamiento? Por otro lado, qué ocurre con el lenguaje y la representación del mundo, ¿las cosas existen porque están expresadas en palabras, o son abstractas a los objetos, o guardan una relación entre ellas? Wittgenstein menciona que el lenguaje representa al mundo porque hace una pintura de él. Uno de los aspectos más importantes que maneja Wittgenstein es el lenguaje ordinario y ya no a este lenguaje lógico-matemático. De ahí que mencione esta comparación con la pintura que incluye todos nuestros actos de habla. La filosofía que propuso Wittgenstein pretendía advertir lo que el lenguaje puede hacer y también lo que no puede hacer. La representación del mundo con una pintura nos permite describir y para él, esto es lo fundamental del lenguaje, no sólo hacer juicios verdaderos o falsos sino significativos.
El juego que nos permite el lenguaje mediante esta descripción, ha llevado al ser humano a poder expresar sus sentimientos y percepciones del mundo que lo rodea, y a pesar de todo el tiempo que el ser humano tiene con él, los estudios que se han realizado aún no le han proporcionado las herramientas necesarias para dar por concluido su estudio. De tal forma que filósofos como Wittgenstein, siguen siendo muy actuales a pesar de la distancia de sus publicaciones para intentar responder las interrogantes que el lenguaje nos sigue suscitando.
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